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IMO culmina con éxito la instalación de su observatorio de océano profundo




El equipo del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO), finalizó los trabajos destinados a instalar los sensores que integrarán un novedoso sistema de observación del océano profundo para la investigación en geociencias.


Cabe recordar que, este observatorio de océano profundo, terremotos y tsunamis, llamado proyecto IDOOS (por sus siglas en inglés), fue adjudicado en el marco del I Concurso de Equipamiento Científico y Tecnológico Mayor FONDEQUIP. Éste es un potente proyecto multidisciplinar en el que participan el Instituto Milenio de Oceanografía (IMO) junto a las Universidades de Concepción, Antofagasta, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y Austral de Chile -con la cooperación de GEOMAR (Centro Helmholtz para la Investigación del Océano de Kiel, Alemania) y de HADAL (Centro Danés para la Investigación Hadal en Odense, Dinamarca).


IDOOS será el primer sistema de observación anclado en el océano profundo, incluyendo la Fosa de Atacama, cuyo objetivo fundamental será estudiar tanto la estructura y variabilidad temporal de las condiciones físicas, geoquímicas y biológicas presentes en la zona, como la deformación del fondo marino con el transcurrir del tiempo. Este trabajo interdisciplinar -que aúna la Geofísica con la Oceanografía- permitirá detectar, cuantificar y comprender diferentes procesos que tienen lugar en estas grandes profundidades oceánicas. Adicionalmente, aportará la base científica futura que podrá utilizarse tanto como piedra angular para el establecimiento de un hipotético Sistema Nacional de Observación para el Cambio Climático -fundamental para la protección del ecosistema marino- como para implementar un eventual sistema de alerta temprana de terremotos y tsunamis, el cual permita estudiar el origen de éstos, cuestión fundamental para el conocimiento de este fenómeno tectónico característico de nuestro país.


El citado sistema de observación está compuesto por dos elementos principales:


- Por un lado, un conjunto de cinco sensores de presión e inclinación del fondo marino con la capacidad tanto de medir los desplazamientos verticales del piso oceánico como de hacer observaciones justo arriba donde ocurren los grandes terremotos de subducción. Lo anterior, permitirá caracterizar los desplazamientos en el contacto de las placas y describir los procesos que generan grandes terremotos. Dichos sensores se integrarán con una red de instrumentos sísmicos y de GPS en tierra.


- Por otro lado, un sistema de dos anclajes compuestos por un conjunto de sensores oceanográficos situados a profundidades de hasta 7.500 metros bajo el mar. Éstos permitirán registrar diferentes parámetros físicos y biogeoquímicos, como el movimiento del agua, la temperatura, la salinidad, la presión, el oxígeno disuelto y el CO2, así como las características de los sedimentos a través de la columna de agua.


En este sentido, la integración de distintos sensores oceanográficos y geofísicos proporcionará la base científica para los futuros esfuerzos de un sistema nacional de observación para la investigación del cambio climático, para la conservación del rico y frágil ecosistema de las profundidades oceánicas y para un sistema operacional de alerta temprana de terremotos y tsunamis en las profundidades oceánicas. Con ello, será posible cuantificar los procesos tectónicos y oceanográficos de manera simultánea durante varios años, información fundamental para mejorar la comprensión sobre cómo el cambio climático y, más concretamente, el calentamiento global y la acidificación de los océanos pueden afectar a los ecosistemas ultra profundos.


En definitiva, este ambicioso y costoso proyecto constituye todo un desafío tecnológico y científico, que permitirá dar un salto cualitativo a Chile en el ámbito de la ciencia oceanográfica y sismológica, situándose así a la vanguardia de estas disciplinas.




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